Los tiempos aquellos donde prominentes lideres de la sociedad y de la clase política lograban solventar las diferencias profundas o básicas se terminaron, el hoy solo pone al descubierto que extinguió el prototipo de lider que resolvia problemas y permitia estabilidad social en el país.
Los planes que se tienen en mente de la clase gobernante de hoy desde todo punto de vista son oscuros porque su falta de capacidad es evidente para atender los grandes problemas que atraviesa una nación sumergida en pobreza, miseria y hambre.
Desde su llegada al poder implantaron un sello de odio entre la sociedad, imponiendo directrices de terror, auspiciando violaciones a la constitución que tanto cuestionaron en doce años, para el caso la imposicion de una junta directiva ilegal del Congreso Nacional, tan ilegal que hoy cumple cincuenta dias cerrado porque no pueden imponer un nuevo fiscal.
Honduras va sin freno a un avismo ante la vista y paciencia de todos los sectores algunos de ellos complices porque creen que van a salir ilesos de la crisis pero al final serán los grandes responsables de no hacer nada.








