Con la llegada de la pandemia del coronavirus en Marzo de este año se desplomo inmediatamente una cantidad récord de puestos de trabajo que maquillaron perversamente empresarios con autoridades llamándoles suspensiones temporales que hoy por hoy son despedidos oficiales sin derecho a nada.
Un millón de personas perdieron de manera directa su puesto de trabajo y 400 mil de manera indirecta, la proyección para el 2021 es aterradora puesto que muchas empresas ya estiman cerrar definitivamente sus operaciones en el país por la configuración fiscal establecida que pece al golpe que ha representado el Covid 19 la carga impositiva es grosera, no se ha logrado un mínimo acuerdo para bajar los porcentajes de impuestos sobre la renta, ni tampoco se han autorizados planes de pago para poder mitigar el impacto del escenario que se vive actualmente.
Una alternativa que han buscado muchas personas es la venta de servicios y productos a través de las redes sociales, pero para este año nuevo el Sistema de Administración de rentas (SAR) ha hecho oficial que iniciara literal una cacería para que todos estos comercios paguen impuestos porque a criterio de esta dependencia son millones y millones de lempiras que se están perdiendo por concepto de evasión fiscal.
El panorama es sumamente complejo y ha esto hay que agregarle que entramos a un año político donde la prioridad no es cubrir estas plazas de trabajo perdidos, la prioridad es hacerse del poder.
