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Con una inversión de US$17 millones, concluye un programa de producción cafetera para minimizar la emigración

Los principales resultados del programa ejecutado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Federación de Cooperativas de Café de Guatemala (Fedecocagua), fueron presentados ayer y en los mismos destaca su impacto socio-económico, ya que mejoró los ingresos, la resiliencia al cambio climático y la promoción de la agricultura sensible a la nutrición.

El programa abarcó 24 municipios de los departamentos de Huehuetenango, San Marcos y Quiché-Barillas, donde se creó un clúster para cada uno de los municipios, y tuvo una incidencia de 12 mil 198 hogares que recibieron un beneficio directo de las diversas intervenciones para mejorar el entorno económico y el desarrollo social.

En alrededor de 15 mil hectáreas se implementaron practicas y tecnologías mejoradas para promover adaptación al cambio climático y en unas 29 mil 307 hectáreas se desarrollaron prácticas para aumentar la productividad agrícola, aparte de alianzas estratégicas con 13 instituciones públicas y privadas.

Gerardo De León, gerente de comercialización de Fedecocagua, expresó que el proyecto Feed Future “Proyecto cadenas de Valor de Café” tuvo una duración de cinco años e inició desde 2018, enfocado en esas regiones productoras del grano y el componente principal con USAID fue el combate a la desnutrición, para evitar de alguna manera la emigración hacia Estados Unidos.

Entre los proyectos principales están la creación de panaderías, granjas de gallinas ponedoras de huevos, renovación de hectáreas de café, desarrollo de nuevas variedades de cultivos resistentes a la roya y medias de orientación a la mejora de la cosecha y mayor producción por manzana sembrada.

Además, se entregaron herramientas y equipos para mecanizar la siembra y corte, ya que hay déficit de cortadores de café; y la construcción de una bodega con capacidad de 90 mil quintales de café que se ubica en Camojá, La Democracia, Huehuetenango, donde USAID también construyó y donó un laboratorio de control de calidad de café, para catar cafés de alta calidad.

La idea es que un comprador de Asia, Estados Unidos o Europa pueda llegar al laboratorio para poder hacer la cata de los cafés, ya que en el sector hay una tendencia de acercar al consumidor/tostador con el productor y evitar intermediarios. Desde ese laboratorio, un productor puede llevar la muestra a su potencial tostador para estrechar la relación de negocios.

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