El covid 19 ademas de ser una pandemia de carácter mundial, que ha causado millones de muertos, millones de afectados, ha causado un daño terrible a la economía de muchos países, ha recrudecido la pobreza en las naciones del tercer mundo, se han paralizados las grandes industrias, ha resultado un escenario inédito e incierto.
En prácticamente todos los países el coronavirus ha sido un tema único, un escenario nunca antes vivido que ha inmovilizado a muchos sectores estelares en una vida común y corriente, pocos han sido los protagonistas en esta pandemia, los médicos, las enfermeras, algunas industrias, ha esto habría que destacar que la clase política del mundo entero ha tenido que jugar un papel protagónico con históricas decisiones pero también con debates supremos sobre cuál debe ser la mejor forma de combatir el covid y mas difícil a un como sobreponerse al mismo, como volver a la normalidad, como rescatar la economía, como tratar de ser normales otra vez.
En Honduras no debería ser diferente porque el panorama es incluso peor que el de otras naciones pero en medio de la necesidad del pueblo hondureño por tener acceso a la alimentación, trabajo, acceso a la salud, a la seguridad, educación, el debate político gira alrededor de un nuevo código penal que bien o mal es un tema que puede generar una discusión después de haber superado el impacto de la pandemia, pero miembros de la oposición política creen que subiéndose en ese barco es que van a conquistar un triunfo en las próximas elecciones.
Lo que si es cierto es que el pueblo hondureño esta expectante de lo que pasa, de las buenas y malas decisiones no solo del gobierno si no también de la oposición política.
