Desde tempranas horas de este domingo, la militancia sandinista estaba llamada a abarrotar las juntas receptoras de votos; sin embargo, las imágenes de la misma propaganda del Gobierno eran claras: filas de no más de diez votantes. Según reportes ciudadanos de Voces en Libertad, de 13 departamentos, las colas en los Centros de Votación (CV) estaban conformadas en su mayoría por militantes sandinistas, operadores políticos y trabajadores del Estado.
Los reportes ciudadanos de Managua, Matagalpa y Madriz muestran que los trabajadores del Estado y militantes sandinistas recibieron varias indicaciones para estas votaciones. Estas incluyeron acudir a primera hora a votar, tomarse una selfie y compartirla en sus redes sociales. Asimismo, “monitorear, publicar, comentar y compartir el ambiente de paz y seguridad del proceso electoral”.
Además, a una cuadra de cada Junta Receptora de Votos (JRV), los secretario políticos y las sandinistas Unidades de Victoria Electoral (UVE) improvisaron “centros de cómputos”, donde llevaban el recuento de los simpatizantes que aún no votaban, para así ir por ellos con listado en mano.
En Madriz, a los trabajadores del Estado les enviaron por WhatsApp advertencias de que si no iban a votar serían despedidos. “A la vez les piden hacerse un selfie para demostrar que ya andan el dedo manchado con la tinta endeble que confirme que ya emitieron su voto”, señalan los reportes ciudadanos.
En este departamento se observó poca afluencia de votantes. Sin embargo, fue notoria la movilización de ciudadanos a través de vehículos del Estado y de la Alcaldía. Según se conoció estos anduvieron recogiendo a militantes que tenían en listados desde hace tres meses.
“Me mandaron a traer en un triciclo a mi casa para que viniera con mi esposa y mi suegra a votar por los candidatos de mi partido (FSLN), porque pensaron que ya no íbamos a venir, y pues ya salimos de eso y vamos para nuestra casita aquí en el sector (barrio) de la Chureca (parte Este de la ciudad de Somoto). Es lamentable que esté vacío este lugar, antes veníamos a hacer fila y ahora parece desierto este lugar”, dijo un ciudadano, de 62 años, que acudió al CV del Instituto de Madriz.
