Más de 800 trabajadores quedaron desempleados. Pastor relata que llegan a la iglesia a pedir «oración» porque decidieron irse «mojados» hacia los Estados Unidos.
Desoladas lucen las calles de la mayoría de las comunidades de influencia del proyecto minero Inversiones Los Pinares tras el inminente cierre de la empresa; alrededor de 800 personas quedaron sin empleo y muchos “empujados” por la necesidad ya han decidido aventurarse en busca del «sueño americano» mediante la migración irregular hacia Estados Unidos.
Así lo relatan los líderes comunitarios, que además advierten, que en los próximos días se agudizará la crisis de desempleo y migración, sobre todo en las zonas de San José de García, Guapinol, La Laguna, Brisas de Corozales, Corrales de Piedra, Cayo Campo, Ceibita Comunidad, Colonia Gracias a Dios, Ceibita Colonia, La Concepción, Santa Rosita y La Coroza, entre otras, que eran las que más dependen del proyecto.
La esperanza de las cientos de familias que dependen directa e indirectamente de la empresa minera se esfumó tras el anuncio de Lucky Medina, titular de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente (MiAmbiente), que confirmó en Twitter que la “mina Pinares en Tocoa, ha comenzado su proceso de suspensión hasta 2025 @SernaHN no ha aprobado licencias ambientales para lote ASP II».
Orlin Ochoa, presidente del patronato de la Colonia Nueva Ceibita y pastor de una iglesia evangélica de la zona, contó que muchos jóvenes que trabajaban para la compañía minera han llegado a su iglesia a pedir oración y cobertura porque han decidido emprender el peligroso viaje hacia Estados Unidos.
“Es muy triste ver como mujeres y hombres jóvenes se están aventurando en esta peligrosa travesía hacia Estados Unidos debido a la desesperación de haber quedado desempleados y no encontrar otra salida para sacar adelante a sus familias. Le pedimos a las autoridades que nos visiten y que vean la situación complicada que estamos pasando por el cierre de la empresa”, relató consternado el líder patronal.
Ochoa dijo que es lamentable que las autoridades no midan el impacto y la pobreza que a la que están condenando a la gente en esas zonas, donde no hay oportunidades de trabajo.
“No solo son 800 empleos los que ya no está disponibles, sino que hay más de 4,000 personas afectadas si sumamos a las familias de esos trabajadores, quienes dependían directamente de los ingresos que les generaba la empresa”, explicó.
Una de las mayores preocupaciones del dirigente patronal es el impacto que esta situación tendrá en los proyectos sociales que desarrollaba la empresa en sus comunidades: mantenimiento de carreteras, brigadas médicas, construcción de escuelas, pago de maestros, entre otros, proyectos, que quedan a la deriva al irse la empresa.
“Pinares ha hecho una gran labor apoyando el desarrollo de las comunidades. Uno de los proyectos que queda pendiente por ejecutar era el apoyo para demoler y reconstruir el comedor infantil comunitario de la zona, donde se alimentan diariamente entre 80 a 100 menores de escasos recursos”, lamentó Ochoa.
Según reportes, la empresa minera ha invertido más de 60 millones de lempiras en obras de proyección social como construcción de escuelas, donación de útiles, brigadas médicas, obras sanitarias, construcción de puentes, apertura de calles, entre otras obras que han ayudado al desarrollo de las comunidades.
Por su parte, Darío Mencía, presidente del patronato de Cayo Campo, dijo que las calles de las comunidades se ven desoladas y los negocios se quedaron sin clientes de inmediato.
“Todo el comercio se apagó, las pulperías y negocios no están vendiendo. Ya no tienen quien les compre. Muchos están preocupados, porque van a perder hasta sus casas al no tener como pagarlas. Estamos viviendo una crisis sin precedentes”.
Uno de los mayores problemas que ya viven en las comunidades es que muchos niños van a quedar sin maestros si el cierre se vuelve definitivo, ya que la empresa pagaba docentes para que impartieran clases en zonas remotas del sector montaña donde no habían docentes asignados.
“Nosotros como patronatos siempre apoyamos a la empresa y trabajamos de la mano muchos proyectos para impulsar el desarrollo de nuestras comunidades. Esperamos que las autoridades se pongan la mano en la conciencia y cambien esa decisión de no darles el permiso para seguir trabajando. Nosotros creemos que aún estamos a tiempo de que esos empleos se recuperen si los dejan trabajar en paz”. dijo Mencía.
María Ester Cuevas, secretaria del Comité para la Paz y Desarrollo de Tocoa (Copade), lamentó la situación, ya que han realizado una ardua lucha en conjunto con patronatos, universidades, iglesias, Cámaras de Comercio, ONG’S y trabajadores, con quienes solicitaron el apoyo de los organismos nacionales e internacionales, y embajadas para que la empresa siguiera operando y poder mantener el desarrollo de sus comunidades.
El alcalde de Tocoa, Adán Fúnez, dijo que el cierre de Inversiones Los Pinares creará un problema de déficit de circulante en Tocoa, ya que la empresa pagaba alrededor de 25 millones de lempiras mensuales en sueldos y salarios, que ya no circularán en el comercio.
“Vamos a sentir el impacto a corto plazo. Será un bajón en la economía de la zona, porque son 25 millones de lempiras qué dejarán de circular de repente, no son cuatro centavos”, sentenció el edil.
Inversión en la zona
El proyecto de Inversiones Los Pinares construía en Tocoa es la única planta de peletizado en Centroamérica con una inversión de más de $163 millones (4,000 millones de lempiras). El proyecto estaba generando más de 800 empleos directos y al iniciar operaciones proyectaba brindar más de 3,000 empleos directos.
Se prevé que el megaproyecto generaría más de $180 millones en divisas por concepto de exportaciones, por lo que no permitirle continuar sería una pérdida multimillonaria para el país.
Además el proyecto ofrecía una solución al problema de los apagones en Tocoa, Sabá, Bonito Oriental y Trujillo, ya que cuenta con una planta de generación de energía que iba a iniciar operaciones este año y podría reducir en 95% los cortes de luz en la zona.
El anuncio del cierre de la empresa ha causado múltiples reacciones a nivel nacional y preocupación, ya que se considera como un golpe letal a la economía y población de Tocoa y se lamenta que en medio de la crisis energético que sufre la zona se desperdicie la oportunidad de brindar una solución.