Una de las desiciones complejas que deberá tomar de entrada el gobierno de Xiomara Castro es si retornara las clases virtuales o presenciales, la determinación pasa por varios elementos, uno de los mas importantes es poder inocular a la mayor cantidad de menores, situación que no es viable porque las dosis del fármaco no han llegado al país, otro factor es la destruida infraestructura educativa, las escuelas están en escombros.
Si la decisión es continuar con las clases virtuales el gran desafío será recuperar los dos millones de niños que no asistieron en 2021, esto por falta de una plataforma digital que les permitiera tener acceso al pan del saber.
El fracaso de las clases virtuales pasa por la mezquindad de las empresas telefónicas quienes se habían comprometido a cubrir con internet y aparatos para poder colaborar con la educación de los pobres, pero como es común en estos grupos empresariales, no dejan nada para los mas desposeídos.
La educación será uno de los grandes desafíos de la administración Castro – Zelaya, no margen para fracasar, prometieron en la campaña que devolverían la educación publica a los hondureños por lo tanto no pueden continuar con los fallidos proceso de formación educativa.
