Desde el inicio de la campaña electoral de cara al proceso del próximo 28 de Noviembre, los asesores de Nasry Asfura, «Papi a la orden» le han apostado como estrategia a desmarcarlo del actual mandatario Juan Orlando Hernandez asegurando que es un candidato «diferente».
No hay duda que es una difícil tarea el pretender desmarcar a «Papi» del desgaste que ha sufrido el Partido Nacional en el poder en casi doce años, el descalabro del seguro social, los hospitales móviles y los vínculos de este instituto político con el crimen organizado según documentos oficiales que han trascendido en Cortes de Nueva York ponen cuesta arriba dicha estrategia.
Asfura ademas enfrenta el peso que representa el mal manejo de la pandemia, donde hasta la fecha son casi diez mil los hondureños que han perdido la vida producto del Covid 19, sobre este tema recae sobre su figura la complicada adquisición de vacunas contra esta enfermedad donde el ultimo escándalo gira alrededor de la secretividad que se ha decretado en los detalles de los costos.
Anunciar que Tito es diferente pasa por decir que no es un nacionalista corrupto, tramposo, criminal, que es integro y que no pesa sobre el ningún acto de corrupción por el cual deba protegerse con la cobija de la impunidad que permite la investidura Presidencial.