La reunión puede servir para “bajar la temperatura” del enfrentamiento político en Estados Unidos
Joe Biden recibirá a Donald Trump el miércoles 13 de noviembre en el Despacho Oval, anunció este sábado su portavoz Karine Jean-Pierre. El presidente estadounidense prometió una transferencia de poder “pacífica y ordenada” con su sucesor en la Casa Blanca.
La reunión era esperada y ya tiene fecha. El presidente estadounidense, Joe Biden, recibirá a Donald Trump el miércoles en el Despacho Oval, anunció el sábado 9 de noviembre su portavoz, Karine Jean-Pierre.
Joe Biden se comprometió el jueves a garantizar una transferencia de poder «pacífica y ordenada» con el republicano, que obtuvo una clara victoria el martes en las elecciones presidenciales de Estados Unidos contra la demócrata Kamala Harris.
Apaciguado tras una amarga campaña, el vicepresidente demócrata también se comprometió a “ayudar” a Donald Trump durante este período.
La reunión del miércoles en la Oficina Oval será el primer paso en esta transición.
Una situación muy diferente a la de 2020, cuando Donald Trump se negó a reconocer su derrota y boicoteó la ceremonia de toma de posesión de Joe Biden. A esto se sumó que sus partidarios irrumpieron en el Capitolio, templo de la democracia estadounidense, para impedir la certificación de la victoria demócrata, el 6 de enero de 2021.
Cuatro años después, el magnate inmobiliario, que fue objeto de dos intentos de asesinato durante la campaña y fue acusado y condenado a cargos penales y civiles, hará un inédito regreso a la Casa Blanca.
Prometió en un comunicado el sábado que su administración «haría que Estados Unidos vuelva a ser grande» y «restauraría la fuerza, el éxito y el sentido común de la Oficina Oval».
Su primer mandato estuvo marcado por una sucesión de ministros y consejeros que sucesivamente cayeron en desgracia. La pregunta ahora es cómo será la administración Trump 2.0.
El jueves hizo su primer nombramiento importante: Susie Wiles, artífice de su campaña, será su jefa de gabinete, un puesto ultraestratégico que nunca había sido ocupado por una mujer.
El resto se espera que se anuncie en las próximas semanas.
A Robert F. Kennedy Jr., sobrino del presidente asesinado y excandidato independiente alineado con Donald Trump, se le podrían confiar responsabilidades en materia de salud pública.
Se espera que otra figura clave sea el multimillonario Elon Musk, que hizo una campaña muy activa a favor de Donald Trump. El presidente electo podría encargar al hombre más rico del mundo la responsabilidad de reorganizar fundamentalmente la administración federal.
La economía, la principal preocupación de los votantes
Pasar las llaves de la Casa Blanca al republicano, en cambio, será una inmensa humillación para el presidente saliente Joe Biden, señalado por su propio partido de haber facilitado, por orgullo, este sonoro regreso.
Tras semanas de campaña sin avances, este último se retiró de la carrera en julio, lastrado por su edad, 81 años, en favor de su vicepresidente. Esta última, que describió a su oponente como «fascista» y «un peligro para la democracia», no logró convencer a los estadounidenses de que comprendía sus preocupaciones económicas y de seguridad.
Según las encuestas a pie de urna, la principal preocupación de los votantes era la economía y la inflación, que se habían disparado bajo el mandato de Joe Biden tras la pandemia de Covid.
Donald Trump prometió a los estadounidenses mejorar sus vidas mediante recortes de impuestos y aranceles aduaneros. El republicano también dijo que llevaría a cabo expulsiones “masivas” de inmigrantes irregulares.
Podrá confiar en el Senado, que los republicanos arrebataron a los demócratas, y posiblemente en la Cámara de Representantes, donde su partido va camino de conservar la mayoría.
El recuento de votos no está completo en Arizona, pero por lo demás Donald Trump ganó en los otros seis estados clave. Y es casi seguro que ganará el voto popular contra Kamala Harris. Se convertirá entonces en el primer presidente republicano en 20 años en lograr esta hazaña, desmintiendo a los encuestadores que predecían lo contrario.