No son dias normales, son días de luto, dolor, de impacto, de un momento a otro un ser querido deja de vivir a causa del COVID 19.
El ir contra el reloj en una cruzada que es la ultima, la que no tiene retorno, la que se vale de las herramientas tecnológicas del momento para poder morir frente a una cámara de celular que transmite en tiempo real ese ultimo suspiro de vida.
Son momentos muy particulares, íntimos, fugases que solo quien lo vive en carne propia lo entiende, lo dimensional, son momentos particulares que sobre la marcha obliga a recoger fuerzas para recibir un cajón y llevarlo en poco tiempo a un sepelio selecto donde solo pueden estar los mas jóvenes de la familia que son los que tienen menos riesgo de morir.
Si esto pasa y nos permite seguir con vida no solo individualmente si no también vivos como sociedad, debemos aprovechar esa oportunidad para darle un giro definitivo al país, un proceso de cambio sin marcha a tras, que nadie nos robe otra vez los sueños , ni las esperanzas, ya esta pandemia nos arrebato sin misericordia a seres queridos, no permitamos que nadie nos vuelva arrebatar lo mas preciado.