Diez y seis años han transcurrido desde que se perpetro el golpe de estado del veintiocho de junio de dos mil nueve y entre más pasa el tiempo más se les cae la careta a quienes se han aprovechado de esta ruptura constitucional para establecer un mecanismo para vivir cómodamente el restro de sus días.
Desde el mismo instante en que fue derrocado el ex Presidente Manuel Zelaya le metieron en la cabeza a los que condenaron el golpe que la única víctima de este acontecimiento fue él lo que distorsiono todo porque lo ocurrido en ese momento trascendía la figura de un simple mandatario que fue sacado del poder porque queria quedarse ilegalmente en el poder a través de una consulta popular.
Lo ocurrido en esta fecha representó la destrucción del estado de derecho que todavía hoy no se recupera, la destrucción de la economía, de del desarrollo, se cerraron las puertas del mundo para Honduras, hubo muerte, represión y mucho sufrimiento para todo el pueblo hondureño y todas estas cosas y más quedaron sin valor y efecto cuando Manuel Zelaya retorno al país amnistiado sin delitos y listo para robarse un partido político que se ganó la resistencia en las calles.
Desde ese mismo momento en que se politizó la lucha enterraron todo el sufrimiento del pueblo y prevaleció el interes personal de un vividor de la política que se aprovecho el y sus complices de un pueblo en resistencia y no se canso de entregar al pueblo una y otra vez hasta que logro el objetivo de volver al poder de la Nación.