Han pasado muchos años y seguirán pasando muchos mas y parece que nadie le exige a la clase política hondureña que incluyan en sus agendas los asuntos mas importantes para el país, ese detalle que al final es determinante para generar un factor de cambio pasa por alto no solo por los protagonistas de siempre, ahora hay nuevos actores que alcanzaron en los últimos procesos a convertirse en fuerzas con poder, pero el mismo es utilizado no para el beneficio colectivo de las masas, de la nación entera, nada que ver, ese relativo poder político se ha venido utilizando para satisfacer intereses particulares de esta nueva elite.
Automáticamente ni las nuevas, ni las viejas fuerzas representan una alternativa real de cambio, pero en esta ocasión el escenario electoral cuenta con muchas particularidades entre ellas que existen nuevos partidos políticos que basta con una buena decisión del «pueblo» y podrían cambiar de forma radical la historia de Honduras.
Las reglas siguen siendo las mismas, se supone que los ciudadanos y un sector de la nueva clase política podrán generar el cambio que se requiere, todo dependerá del nivel de compromiso que se tenga con esta meta, hay que estar expectante de quien va colocar sobre la mesa los temas de verdad, los que interesan a todos y no los temas que se pre fabrican desde Palacio.