Las encuestas en cualquier parte del mundo representan una medición de la fotografía del momento que se vive donde se practican, tienen la intensión de conocer cual es el sentir y pensar de la población respecto a diferentes temas de interés común y político.
En Honduras estas herramientas han venido perdiendo credibilidad, la evidente manipulación de las estadísticas y la inclinación por candidatos que ostenta el poder económico y político ha generado que no exista la mínima confianza en estos resultados.
Algunas encuestas han servido en los últimos procesos para tratar de legitimar fraudes electorales, implementando estrategias de distracción, para el caso colocan a una candidata como ganadora durante varios meses, pero al momento de las verdades dan un descarado giro y colocan al que va ganar con fraude como ganador, por estas y otras razones los hondureños no confían en estas mediciones.
Sobre este particular los políticos de oficio le siguen apostando a manipular criterios a través de estas herramientas, sin embargo cada vez son menos los hondureños que toman en consideración estos resultados, la mejor y mas segura encuesta es el proceso electoral.