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Opinión / El Presidente Emperador

Por Edgardo Rodriguez

Politologo y periodista

Lo que todos los hondureños han presenciado desde la reciente instalación, de la sesión, para elegir la junta directiva provisional del nuevo Congreso Nacional, se puede intentar justificar de mil maneras, pero imposible no advertir en ella una grave violacion a la independencia de poderes en el país, principio jurídico- político que esta entre los pilares del estado derecho moderno, y que paradójicamente, ha sido uno de los reclamos mas fuertes que viene realizando la ciudadania y la que hasta hace poco era la oposición política, en los pasados doce años de administración azul.

El voto contundente a favor de la señora no fue para continuar con las viejas practicas, que tanto se criticaron, pero lamentablemente, en los primeros destellos del «go tierno socialista», quedo claro que una cosa es el discurso de campaña y otro distinto es el de gobernar.

La constitución de Honduras, en su articulo cuarto establece que «los tres poderes son complementarios e independientes». este concepto no es criollo, proviene de los padres fundadores de la union americana, como J. Madison, A. Hamilton A. Lincoln, entre otros, inspirados en los grandes enciclopedistas y contractualistas franceses, que desarrollaron la teoría de la supremacia constitucional en el estado y el equilibrio del poder, también llamado, el sistema de «Checkand balance», o de pesos y contra pesos.

Ello debido, precisamente a que advirtieron el exceso de poder del titular del ejecutivo, fenomenológicos politologico que se denomina presidencialismo y que es el responsable de la mayoría de crisis que se producen en Latinoamérica, según detalla en sus estudios el politólogo norteamericano Scott Mainwaring.

Casi todos los presidentes decían Hamilton y Madison, están tentados en imponer su visión sectaria y egoísta de gobernar, ha esto, los padres fundadores de Estados Unidos lo denominaban «El Presidente Emperador», contra esa «enfermedad» es que en los ultmos doscientos años los países han luchado para prevenirla o frenarla.

En estos días algunos opinologos han recordado, acertadamente, como desde el mandato de los ex Presidentes Suazo Cordova, hasta Manuel Zelaya, existieron fricciones y pugnas, entre el titular del ejecutivo con los diputados, por esa manía ante democrática de querer tener un legislativo sumiso a casa Presidencial. Lo distinto de esta ocasión es que la lucha interna del partido Libre amanezca con arrastrar a toda la nación a una crisis política de serias implicaciones. ademas, se han visto unas expresiones del uso de la fuerza que debería preocupar, tal es el caso del asalto al edificio del Congreso Nacional, y al empresa nacional de artes gráficas, ambas son un atropello a las instituciones, utilizando justificaciones absurdas que colindan con la anarquía.

decir, por ejemplo, que el «soberano puede hacer lo quiera», primero, es una manipulación del lenguaje y en la practica una falacia, porque los que actúan son grupos de fanáticos o los llamados comandos insurreccionales.

Segundo, nadie puede estar por sobre la ley las instituciones, au que ellas hallan fallado.por esa razón, el gran político y pensador, Abrahan Lincoln, escribió «La mayoría no es toda poderosa, encima de ella están las leyes, la moral y la justicia»

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