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Opinión/ Nepotismo

Por: Allan Alberto Fiallos

En cualquier parte del mundo ser funcionario de la administración pública es un honor, una distinción que se supone se alcanzo por un mérito, parámetros que no funcionan en Honduras donde las historias políticas cuentan que un personaje se empecinó en convertir a su conductor en alto funcionario y no estuvo en paz hasta que lo logro.

Pero la moda, la tendencia de hoy es gobernar familiarmente, es decir eligen a uno de los miembros y terminan de funcionarios una o dos generaciones completas, situacion que de a poco ya causa malestar en esta sociedad permisiva.

La historia política registra que los gobiernos en el pasado y en el reciente pasado, han disimulado un poco la infiltración de parientes en el gobierno, menos estilaron nombrar de funcionarios a dichos familiares.

Pero eso estigmas se rompieron hoy por hoy en Honduras, el nuevo gobierno de Xiomara Castro ya nombro a toda su primer linea familiar a segunda y parte de la tercera generación, su esposo ademas es gran protagonista de la gestión presidencial.

Ya muchos sectores empiezan a cuestionar estos nombramientos que no tienen mayor sentido más que beneficiar a una numerosa familia que ha contado con el cariño y el apoyo de un importante segmento de la población.

Todo tiene un limite, en ley, pero también en respeto y consideración hacia los demás, muchas de las personas que iniciaron una causa hace doce años, soñaron algún día alcanzar el poder de la nación, pero no de la forma tradicional donde unos pocos son los únicos beneficiados con las mieles de poder y el resto de un pueblo se queda con la ilusión de poder siquiera cumplir con los tres tiempos de comida.

Desde todo punto de vista es una bofetada para sus palaciales y para todo un pueblo el hecho que la Presidenta nombre a más de una docena de cargos importantes a sus familiares, cuando debió nombrar a personas con perfiles de la mas alta calidad y capacidad para enfrentar la administración de un país convulso.

El nepotismo de este gobierno le va pasar una factura muy alta, la paciencia de los hondureños se termino en los periodos pasados del partido Nacional, no hay espacio para más excesos, lo más sano que podrían hacer es presentar su renuncia para permitir que otros hondureños asuman la responsabilidad de co gobernar con la Presidenta.

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