Han pretendido vender como una puerta al mundo la apertura de las operaciones del aeropuerto internacional de Palmerola, sin embargo son mas las desventajas que otra cosa.
De entrada es cuestionable que para la apertura de esta terminal aérea se tenga que cerrar Toncontin, ademas hay una serie de entre telones en la legislación adaptada a los intereses de los empresarios inversionistas y no ha beneficio de los hondureños.
Condenable desde todo punto de vista el hecho que si no se logra el volumen de pasajeros que la concesionaria se ha puesto como meta, será el estado quien termine de compensar económicamente dicha proyección.
Las malas experiencias del pasado vividas con las concesiones entregadas al grupo TERRA, nos dan una muestra de lo que se puede venir con esta nueva licencia entregada a una empresa que se supone es la gran inversionista de esta obra, sin embrago al profundizar nos podemos encontrar con una serie de facilidades y apoyos realizados por el estado para con esta concesionaria.
El silencio de la clase política toda sobre este tema haces suponer una serie de conjeturas al respecto, nadie, pero absolutamente nadie ha cuestionado qué los capitalinos se queden sin aeropuerto internacional.