El Partido Nacional de Honduras cumple hoy su ciento veinte aniversario de fundación en medio de una serie de situaciones negativas que giran alrededor de sus lideres, la corrupción y el narcotrafico han marcado las ultimas tres administraciones que de manera continua manejaron el poder de la nación.
No hay duda que Juan Orlando Hernandez se consolido en una de la principales figuras dentro del nacionalismo, con su estilo particular y su visión logro asaltar el poder del país, primero como titular del Congreso Nacional y luego dos periodos consecutivos como Presidente de la Republica, al final de su gestión, enfrenta un dramático proceso de extradición a solicitud de los Estados Unidos quien lo acusa de ser el responsable de facilitar el trafico de drogas a aquel país.
Pero políticamente valorando al Partido Nacional también se ve sumergido en una profunda crisis, la falta de renovación de verdaderos lideres le pasa factura, el dar preeminencia a personajes corruptos que de la noche a la mañana han amasado fortunas desproporcionadas también coloca al nacionalismo como un partido nefasto.
La esperanza del partido de la estrella solitaria pasa increíblemente por el valor y el estoicismo que pueda tener la vieja guardia para rescatar un barco que se hunde por culpa de un par, pero que varios buenos políticos puede emprender una cruzada de reconstrucción interna, valorando a la base y no a los delincuentes, formando nuevos liderazgos con valores y principios que busquen limpiarle al cara a un partido centenario que le aportado mucho al país.