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Pregonar la honestidad y la honradez no es carta de triunfo en la política hondureña.

Hoy como nunca el tema de los buenos contra los malos esta marcado en la vida política nacional, esta claro quienes representan cada bando, quienes están y han estado vinculados a actividades ilícitas y quienes no.

Pero resulta impactante que en Honduras levantar la bandera de la honestidad de la transparencia de la decencia no es para nada una carta de triunfo, sobre todo cuando vemos las estadísticas que un segmento importante de la población apoya decididamente a candidatos cuestionados por su vínculos incluso con el crimen organizado.

Como explicar este fenómeno, como entender que políticos corruptos, criminales gozan del apoyo incondicional de una sociedad, quizás hay una sola respuesta y es que estos segmentos de la ciudadania también son corruptos, comparten el actuar de sus lideres porque también se benefician a su modo del mal actuar, disfrutan ver como estos personajes cuestionados amasan fortunas, bienes a sabiendas que es con dinero del pueblo.

Pero dónde están los buenos, donde están los que quieren una Honduras honesta, transparente, ¿donde están?, porque sus candidatos no levantan en las encuestas, porque sus concentraciones no son nutridas, porque no hay empresarios que financien sus campañas?. la respuesta es clara, la honestidad y la decencia no son un negocio.

Entonces tendríamos que concluir que los malos van a ganar en este primer pulso democrático (Elecciones Primarias) ? la respuesta es que muy probablemente si, por su estructura que no solo es criminal, es política, es social, es empresarial e institucional.

De cara a la elección general el panorama cambia en cierto modo porque hay nuevas fuerzas políticas y muchos que no van a la urna en las primarias quizás se animen a ir en Noviembre, pero la lucha es igual o peor entre los buenos y los malos y lamentablemente para Honduras los oscuros van ganando la partida.

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